El uso de los aceros privó a Adrián de Torres de salir en hombros por la puerta grande de la Plaza de Toros de Villa del Prado (Madrid). El espada cuajó dos importantes faenas que consiguieron caldear los tendidos, aunque no estuvo fino en la suerte suprema. No obstante, los aficionados se quedan con una magnífica impresión del novillero linarense, que destacó por el tremendo valor, quietud, temple y estética en cada muletazo. El próximo compromiso está previsto para el 15 de septiembre en la Plaza de Toros de Navalmorales (Toledo).
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