Adrián de Torres cosechó ovación y saludó desde el tercio en el segundo en la Plaza de Toros de Azuqueca de Henares (Madrid). Se lidió una novillada de Atanasio Fernández, que fue muy complicada para los espadas y ofreció pocas posibilidades para el lucimiento. El público supo valorar la entrega y el toreo que desarrolló el novillero linarense e, incluso, pidió la oreja del segundo de su lote, a lo que no accedió el presidente y fue abroncado después de una fuerte petición.
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