Adrián de Torres participó en la tarde de ayer en un tentadero en la ganadería salmantina de Miguel Zaballos. Allí demostró su personalidad, temple y arte, que será su seña de identidad a lo largo de esta interesante temporada, en la que estará anunciado en plazas de tremenda responsabilidad. El novillero linarense continúa su preparación y, además, asimila conocimientos de diferentes encastes. Si el miércoles lidió dos toros de Murube en Orellana Perdiz, el jueves se las vio con las reses de procedencia Saltillo, que son la matriz de afamadas ganaderías muy del gusto de la afición española, como Victorino Martín.
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